martes, 27 de diciembre de 2011

Un GPS para este pobre periodista

Hola, en esta oportunidad les traigo un error encontrado en un nuevo pero conocido periódico de Bolivia. Normalmente, cuando encuentro este tipo de errores en publicaciones de diarios o revistas, se los remito al periodista, al medio o al editor... (o a todos) simplemente por el hecho de que digan "¡Mmm! tiene razón este flaco..."; o para que me odien diciendo "Que tipo pesado, errar es humano"; porque tengo complejo de Troll; o en todo caso para que me contraten como editor

El que escribió el artículo "Vida y fiesta en el corazón de Moxos", tuvo un lapsus de espacio geográfico, porque mezcló dos regiones (muy diferentes) del país. Este post no es para menospreciar el trabajo de ningún periodista, ni de ningún medio; sino para poner de ejemplo una publicación de prensa que definitivamente no es revisada antes de ser publicada, esto deriva en desinformación y es lo que deberían evitar los medios.


El artículo habla sobre la región donde habitan los moxeños, (Provincia Moxos del Departamento de Beni), pero una oración en concreto es la que hace descontextualizar toda la nota y hace perder la ubicación al lector: "... el Parque Nacional Madidi está situado en este departamento...".

En realidad, el Parque Nacional Madidi se encuentra en el departamento de La Paz y no en el departamento de Beni como dice el texto. Es posible que el periodista se haya confundido al nombrar el parque nacional de referencia y se hubiese querido referir al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS); que si se encuentra en el departamento de Beni, cerca de su capital, Trinidad y es dónde habitan los Moxeños-trinitarios.



Esto se puede escapar de las manos del periodista; ¿cuántas veces pensamos algo pero escribimos o decimos otra?; suponiendo que esto fue lo que pasó... "Quise decir TIPNIS, pero estaba pensando en el Madidi"... Debería haber alguien que lee las notas que se van a publicar en cada edición; no deberían publicarse este tipo de errores, porque cuando se revisan, se corrigen; y cuando se corrigen, se publica; y si se publica sin errores, no se se desinforma a la gente; y yo no estaría publicando esto.

No es la primera vez que encuentro errores (de ortografía, de sintaxis, de tiempo, de espacio, periodísticos, etc.) en este medio impreso, pero tampoco es el único dónde los he encontrado; además no se salvan los canales de televisión, ni las estaciones de radio a la hora de desinformar y emitir ridículos juicios de valor en tonos humorísticos o escribir de una manera tan horrenda en los generadores de caracteres que harían llorar al mismísimo Cervantes.

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A veces hay que tragarse la milanga

martes, 13 de diciembre de 2011

Haga click para descargar ética


Hay muchos textos referidos a la ética periodística, pero la mayoría están enfocados a lo que debe hacerse, o no, en televisión, radio y prensa; pero muy poco sobre como actuar, periodísticamente hablando, en el Internet. Se supone que al ser una herramienta que engloba a los medios mencionados anteriormente, está "éticamente" cubierto.

Si bien es cierto que los periódicos impresos ponen en la Web los mismos contenidos que en sus páginas de papel; las emisoras de radio transmiten en simultaneo al igual que los canales de televisión; hay contenidos en la red, que se generan en la red; por lo tanto es más difícil controlarlos y revisar su ética.

Como menciona Ramiro Beltrán en su texto "La ética periodística en Bolivia", no hay (todavía) tecnología que pueda compensar la falta de ética en un periódico; no han inventado un software que sea capaz de mostrarnos en una ventana de error un mensaje que diga: 'Error: Usted está descontextualizando la noticia'.

En en Internet existen muchas formas de esconderse en el anonimato (aunque esto está en discusión) o actuar en masa; si somos una bola de hombres sin rostro (o en algunos casos utilizando máscaras), hablando, generando contenido y haciendo un psudoperiodismo colectivo es mucho más fácil saltar las barreras de la ética y convertir en viral un mensaje lleno de rumores, calumnias y frivolidades.

En el nacimiento de la Web (web 1.0) e incluso en plena web 2.0 con el auge de las redes sociales se ha vuelto difícil (por culpa de la frase hecha: "Libertad de expresión") saber si el blogger hace periodismo o es un farsante que inventa y divulga información falsa; que en algunos de los casos (por falta de ética) un Medio "la pasa como cierta".

Hace ya unos cuantos meses, periodistas y bloggeros serios (y con estudios en el caso de los periodistas) iniciaron una suerte de lucha en las redes sociales para evitar informaciones falsas, por un periodismo ético y para desenmascarar a los "empíricos" o "chantas"; veremos como continúa esto...

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Quien mucho milanga, poco ajusta el cinturón.


lunes, 12 de diciembre de 2011

Sensación de sensacionalismo

Cuando los gobiernos crean, o se disponen a crear, leyes que regulen los medios de comunicación; ya sea mediante consenso público, de manera autoritaria o desde un foro o una cumbre; lo hacen para amordazar a medios y periodistas independientes si es que estos no están de acuerdo con sus políticas.

En vez de estar jugando al cazador y la liebre, estos gobiernos democráticos deberían crear leyes que realmente regulen y no censuren. Uno de los aspectos que sería interesante tocar en una "Cumbre Social" es el sensacionalismo que crean y muestran los medios de comunicación actualmente.

No se puede pretender que de un día para el otro todos los medios sean éticos, ecuánimes e imparciales; pero se puede comenzar por regular a los medios sensacionalistas, que son altamente contagiosos para los canales de televisión, las estaciones de radio y los medios escritos.

Programas de televisión como el de los faranduleros que dicen no ser seres celestiales alados; periódicos como el que siempre tiene la razón o los que muestran señoritas con poca ropa y programas de radio como el del ciudadano potosino pseudoargentino que dice palabrotas; necesitan una regulación urgente.

En medios como los mencionados anteriormente, podemos encontrar muerte, sexo, palabras soeces y una intrusión a la privacidad de las personas que hacen teñir sus páginas y pantallas de un color amarillo casi rojizo que envenena a la sociedad y destruye la ya casi extinta cultura de los "jóvenes de ahora".

Si se discutiesen este tipo de leyes, en vez de perseguir medios por que son diestros o zurdos; la sociedad boliviana (y latinoamericana en general) podría cultivarse gracias a los medios y no ser bombardeada por imágenes que derriten la materia gris de los jóvenes y de los adultos sin criterio formado.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Periodismo de ahora

El significado de "periodismo" se ha desvirtuado con el correr del tiempo; se supone que el periodista es una persona que cuenta una historia a una gran cantidad de personas, porque es el portador de la "opinión pública"; tiene la obligación de realizar su tarea de manera sensata, madura y además esta historia debe ser útil para la sociedad.

El periodista de verdad tiene que ser un profesional preparado, militar contra la violencia y las "cosas malas", además de velar por la igualdad de oportunidades entre los seres humanos; y en algunos casos también defender a los animales y a las plantas de su homínido bípedo depredador pseudocanibal.

El periodismo ha perdido su significado original a medida que proporcionalmente perdía su rigor; obviamente que ayudado por las nuevas tecnologías de comunicación mal utilizadas que derivaron en el nacimiento de "opinadores compulsivos"; "chimenteros de cuarta"; y los muy de moda "periodistas ciudadanos" que en realidad son una especie de "reporteros caseros".

Toda esta gente, sin un estudio universitario o un estudio profundo sobre la materia, hace que el "periodismo de ahora" deje de lado una serie de código en los cuales se basa el buen periodismo; como por ejemplo: la veracidad, el interés por parte del público, el respeto y la ecuanimidad. Convirtiendo al periodismo en una simple nota del día.

Ahora bien, el verdadero y buen periodista es un investigador, detallista, cual personaje de la pipa que conocimos gracias a Conan Doyle; pero para esto, es necesario que se den las condiciones laborales necesarias; desde un punto de vista periodístico y no empresarial o político. El periodista debe estar en la constante búsqueda de cosas que ayuden a construir una mejor sociedad y mejores países.

El problema con estos últimos puntos en América Latina es que los medios y los periodistas están siendo vigilados y censurados constantemente por los gobiernos "democráticos" pero paranoicos que no permiten meter la mano en la basura para ver que se encuentra y que puede interesarle a la gente.

Aunque según investigaciones y sondeos realizados por el periodista chileno Juan Faundes, el estado obstaculiza el periodismo un 26% de las veces y otro 27%, la preocupante censura por parte de los dueños de los medios y un insignificante 5% por falta de capacitación.

Todavía estamos a tiempo para devolverle el verdadero significado al periodismo; y los periodistas latinoamericanos son quienes pueden (y deben) encargarse de esta tarea.

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La milanga nos hace libres.